Desde los primeros tiempos, el hombre ha transformado los
alimentos que encuentra en la naturaleza con el fin de preservarlos, mejorar su
apariencia o sabor o convertirlos en otros productos.
El primer gran paso se dio con el descubrimiento del
fuego. Con éste, el hombre asa, ahúma y cuece sus alimentos. En la prehistoria,
los grupos humanos aprendieron a conservar la carne salándola o secándola al
sol.
En el neolítico y con el establecimiento de los grupos
humanos como agricultores y ganaderos, se mejoraron las técnicas de
aprovechamiento do los productos naturales. El cultivo de los cereales llevó a
la fabricación de harinas, pastas, galletas, levaduras y con éstas a la
producción de bebidas alcohólicas como la cerveza. Del ganado aprovecha la
leche, para fabricar yogurt, crema, mantequilla, queso, etc.
En los grandes imperios de la antigüedad, el manejo y la
transformación de los alimentos se convirtió en tarea prioritaria. El
abastecimiento de productos como la sal, el aceite y los granos eran tan vitales
que originan numerosas guerras para asegurar la posesión de los centros
productores de esos bienes.
Durante la Edad Media se perfeccionan muchas técnicas y
se inventan otras, como la fabricación de aguardiente, de conservas a base de
vinagre, de azúcar o de especias como los embutidos.
El gusto por el consumo de las especias llevó a la
expansión de los europeos por Africa y Asia y al descubrimiento de América.
Estos viajes y descubrimientos introducen nuevos alimentos tanto vegetales como
animales en la dieta mundial. Los viajes marítimos mejoran las técnicas de
preservación de alimentos y sirvieron para indicar los efectos que la falta de
ciertos tipos de éstos tenían sobre la salud, lo que da lugar al descubrimiento
de las vitaminas.
En el siglo X I X , es necesaria la producción en gran
escala de alimentos y su transportación de un lugar a otro; por ello, se
inventan las técnicas de enlatado y preservación por frío.
En la actualidad la sociedad consume gran número de
alimentos que se procesan y transforman de una manera u otra a partir de los
productos naturales.
Para llevar los alimentos de donde se producen a los
centros de consumo, se refrigeran, salan, secan o reciben aditivos. L a
presentación de los alimentos es vital en las sociedades modernas, por ello se
les agregan saborizantes, colorantes y aditivos que mejoran su olor, sabor,
color, resistencia y presentación general.
Las bebidas gaseosas también son parte importante en la vida moderna, así como las comidas listas para servirse. Las grandes naciones y ciudades modernas no se conservarían sin la industria de transformación de alimentos, que permite su distribución y aprovechamiento más racional.
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